Relato | La Perla De La Ciudad
GUSTAVO A. MADERO, DISTRITO FEDERAL.- Ella es la perla de la ciudad. Sí, aquella mujer de 32 años de edad en la que todos los días desde las cuatro de la mañana se dispone a vender periódicos en esta nueva estación del metro llamada "Indios Verdes" la cual fue inaugurada apenas en diciembre del año anterior por el presidente López Portillo. La señora Rosa María Gómez es viuda y a la vez madre de un hijo de apenas dos años de edad llamado Rodrigo. Tres años de casados fueron apagados desde el día en que su esposo Pedro falleció en un accidente automovilístico estando ella embarazada con dos meses en el año de 1978. Pero las penas fueron mayores cuando al siguiente día del accidente, mientras se dirigía al funeral de su difunto esposo, observó las horribles imágenes sangrientas que circulaban en todas las primeras portadas de los periódicos y revistas de la nota roja nacional como "La Prensa" o el "Alarma!", por mencionar algunas.
"¡Maldito amarillismo disfrazado de periodismo! ¿Quién les dio el permiso de exhibir de esa manera tan cruel e irrespetuosa la muerte de mi querido esposo? Y ahora que me he quedado viuda, tengo que salir adelante por mi propia cuenta. ¡Lo juro ante todos los ángeles y el mismísimo Dios que todo lo ve!"
Sentí una punzada directo al corazón cuando escribí en el cuadernillo con mi pluma esas afiladas palabras de la señora Rosa María. Palabras que seguramente dijeron en algún momento cientos de familias que se vieron afectadas a consecuencia de las múltiples manifestaciones sociales en contra del autoritarismo político ocurridos por todo el Distrito Federal en décadas anteriores y que lamentablemente acabaron en tragedias como la masacre de Tlatelolco en 1968 o el Halconazo en 1971. El "amarillismo disfrazado de periodismo" que menciona ella, cada día está generando una mayor relevancia en nuestra jodida sociedad actual. ¿Por qué? La respuesta es más que obvia: las noticias con encabezados jocosos relacionadas con la muerte venden más que otras que son consideradas de carácter informativo, de crítica social o de divulgación científica. Somos seres humanos morbosos a más no poder. Nos llaman mucho la atención, por ejemplo, conocer el caso de una tamalera descuartizadora o de un estrangulador en Coyoacán que las erróneas decisiones por parte del gobierno en el ámbito económico y administrativo con el extranjero, trayendo como consecuencias el aumento de la inflación o la escasez de alimentos en todo el país.
¿Pero quiénes son los verdaderos culpables de fomentar todo este amarillismo? ¿Acaso serán de los periodistas que se la pasan todo el día viajando con los peritos a la escena del crimen? ¿De las editoriales de prensa que publican todas esas notas rojas con encabezados "morbosamente llamativos"? ¿O de estos gobiernos priistas en la que cada sexenio la población continúa hundiéndose más en la miseria y en la violencia a causa de sus fallidos planes y estrategias para combatir el crimen organizado? ¿De la propia sociedad que se deja sumergir en el morbo y en el miedo por tan solo 4 pesos en el puesto de periódicos de su localidad más cercano? ¿Todos los anteriores? Estas son preguntas en la que Rosa María y yo nos hemos planteado en esta conversación entre mujeres y en la que ambas anhelamos conocer la respuesta.
Continuando con la historia, después de la muerte de su amado esposo Pedro, la señora Rosa María buscó y encontró trabajo en los siguientes meses siendo una empleada doméstica dentro de una familia de clase "media alta" ubicada en la delegación Gustavo A. Madero y durante ése período de tiempo nació su primer y único hijo llamado Rodrigo. A ella siempre la apoyaron en cuánto a los gastos del parto y las necesidades básicas como salud y alimentación que requerían el recién nacido mientras continuaba siendo productiva con las labores del hogar; actividades que realizaba desde tender las camas, lavar los trastes hasta hacer la comida y dejar a los hijos de la familia a las escuelas públicas. Así era la rutina diaria de Rosa María hasta que un día 2 de diciembre de 1979, en una caminata junto a su bebé por las calles de la ciudad, irónicamente en el mismo puesto de periódicos donde habían exhibido el cadáver de Pedro, ahora se anunciaba en las primeras planas la siguiente noticia: "El presidente López Portillo inaugura 3 nuevas estaciones de la Línea 3 del Metro de la Ciudad de México". Enterada de la noticia se dirigió a la nueva estación más cercana de su caminata, "Indios Verdes", y observó por un pequeño rato el panorama de la gente que iban dispersos con sus boletos de 3 pesos a entrar y salir en dicha estación. También la enorme cantidad de autobuses y combis llenos de más gente que viajaban desde otros estados de la República vecinos del Distrito Federal como el Estado de México o Hidalgo. Y por último, un anuncio pegado en un póster viejo de luz que contenía el siguiente mensaje: "¿Buscas empleo? El periódico "El Universal" solicita vendedores de periódicos. Preséntate ante las oficinas con tu solicitud de empleo. Cualquier escolaridad. Edad mínima de 18 años".
─Sin dudarlo dos veces recuerdo que ése mismo día me regresé de mi descanso junto a mi querido Rodrigo a la casa donde trabajé de empleada doméstica por poco más de un año, redacté mi solicitud de empleo y al siguiente día llegué a las oficinas para que me realizaran una entrevista de trabajo rápida. Una vez obtenido el empleo, finalmente me despedí en los últimos días de aquel frío diciembre de 1979 de la familia Sánchez, agradeciéndoles por todos esos apoyos económicos brindados no solamente para mi hijo que en ése entonces ya cumplía su primer añito, sino para mi y toda esa depresión emocional que ya había desaparecido. Así que tomé mis maletas y abandoné la casa para luego dirigirme a un pequeño vecindario donde comencé a pagar renta en un pequeño cuartito.
─Entonces se puede decir que este acontecimiento es el final de una historia trágica y a la vez el comienzo de otra totalmente independiente.
─Así es mi querida amiga Jazmín. Pero te puedo decir algo aquí entre nosotras. Y es que a pesar de vivir todas ésas horribles anécdotas ocurridas después del accidente automovilístico de mi amado Pedro y en las que días y noches solía yo lamentar, aún en este mismo instante no puedo dejar de pensar en él. Nos amábamos en verdad. Estábamos muy unidos, enlazados ambos por amor y fidelidad. Casados ante la iglesia en un día soleado de Mayo de 1975, recuerdo estar yo vestida de blanco y él con un elegante saco de color azul y ante todos los presentes pactamos ambos nuestro juramento de amor: "...Y te amaré por siempre hasta que la muerte nos separe". Y mira ahora, tres años de casados después, la muerte quizás pudo separarnos de esta única vida pero nunca pudo separar todo este amor que abundaba en el fondo de mi corazón. Y ése sentimiento me hace sentir más fuerte y viva que nunca.
─Tienes un gran corazón al expresarte así de las personas y en verdad te admiro mucho. Nuevamente muchas gracias por otorgarme toda tu confianza para realizar este pequeño reportaje.
─Al contrario Jazmín. Eres una gran columnista y me agrada mucho el espacio que te otorgan los diarios para recopilar todas las historias de la sociedad que abundan en la ciudad y dar tu punto de vista crítica. Eres como "una perla que abunda por toda la ciudad".
─Me sonrojas Rosa pero no puedo aceptar ése título, lo mereces tú más. Apenas llevo pocos meses de haber empezado este oficio de columnista. Soy primeriza en esto.
─Pues bien, como sea. Creo que me desvié un poco con el objetivo principal del reportaje.
─Como yo siempre digo a los entrevistados: Todos son libres de platicar de lo que sea en mi espacio. Al final, el entrevistado o la entrevistada es libre de "quitar, agregar o editar" lo escrito en mi columna y se respeta la decisión.
─Pues me gustaría que publicaras toda esta conversación en tu próxima columna.
─Así será. Ahora bien, ¿en dónde nos habíamos quedado?
Rosa María en pleno Año Nuevo de 1980 se levantó temprano a las 4 de la mañana para poder comenzar su nuevo y reciente trabajo como vendedora de periódicos "El Universal" en una banqueta cercana a la entrada de la estación "Indios Verdes" y el resto es historia. Con su muy llamativa y fuerte voz diciendo día tras día el clásico "¡Extra! ¡Extra!", en pocos meses se ha convertido en una especie de "ídola" (término no registrada en los diccionarios de la Real Academia de la Lengua Española y que debería) para todos los vendedores, transportistas y demás gente en esta pequeña ciudad que cada vez se hace más concurrida. Ella recuerda el título del primer periódico que vendió: "Un duro año para el gobierno de Portillo en crisis" en el que explican con más detalle las causas que dieron origen el aumento del 10% del IVA. Pero como esa noticia no llama mucho la atención a todos, mejor les cuento el primer título amarillista que apareció en la sección de la nota roja nacional al reverso del periódico: "Hombre de 31 años en estado de ebriedad muere de forma instantánea en fatídico accidente automovilístico". ¿Acaso suena un poco irónico con la muerte de Pedro? Sí en el sentido de que ambos murieron en un accidente automovilístico y no porque Pedro jamás consumió alcohol en ése día del incidente. ¿He sido muy sarcástica y a la vez cruel en relacionar ambas ironías? Si y por mucho. ¿Me estoy burlando ahora de las desgracias ajenas? Tal vez, eso dependerá en tu manera de pensar las cosas. ¿Por qué ahora estás fomentando el amarillismo? ¡Ahora te das cuenta del porqué todas esas groserías están muy mal!
No se me confunda lector o lectora de esta cruda opinión crítica. Ambas hemos quedado de acuerdo en que el objetivo primordial de esta columna no solamente era compartir la historia como tal de Rosa María Gómez sino más bien hacer hincapié a una reflexión acerca del impacto que realiza el amarillismo en nuestras vidas cotidianas. Rosa María, antes que criticaba a quiénes fomentaban esas "sucias maneras de vender una noticia", ahora se dedica y lo digo en sus propias palabras: "a difundir por tan sólo 4 pesos esas crudas noticias por necesidad y por ése maldito conformismo". ¡Las cosas como son! ¡Sin pelos en la boca! Lo que me lleva a esta última pregunta: ¿Existirá alguna posibilidad de combatir el amarillismo en todos los medios de comunicación? Quisiera poder dar una respuesta positiva a esta pregunta pero desgraciadamente no la hay. Es más, mientras más violencia ocurra en el país, más títulos amarillentos habrá. De eso si estamos todos seguros.
En cuanto a los nuevos planes de nuestra entrevistada, ella continuará vendiendo periódicos en el mismo lugar y a la misma hora para poder comprarse una casa propia y un pequeño local permanente que le permita sustentarse en lo que le resta de vida. Rosa María, al comenzar un nuevo año 1981, seguirá siendo "la perla de la ciudad".
Mensaje por parte del autor: Este relato a modo de formato de columna, más allá de basarse en una noticia, está ambientado en el panorama de México de 1980. Todas las referencias como la estación Indios Verdes o las problemáticas sociales y económicas mencionadas en este escrito son reales, menos la historia de Rosa María o el nombre de Jazmín que son ficticios como tal.
Buenos días
ResponderBorrarYa he leído este relato. Está muy conseguido el lenguaje periodístico y la simulación de una entrevista a una persona cuya profesión me ha parecido peculiar, no por lo extraño sino porque me topé hace ya unos 20 años, con muchas personas parecidas. Digo parecidas porque repartían periódicos gratuitos, pero hubo una época en que me daban hasta dos y tres periódicos (unos generalistas y otros solo para universitarios) cada día que iba a clase.
Como erratas, al principio de la segunda columna: "por todos esos apoyos económicos brindadas no solamente" (sería "brindados")
Un saludo.
Juan.
Hola Juan. Primero que nada muchas gracias por comentar este relato a modo de "columna periodística". En efecto, el escribir imaginándome a una columnista exponiendo su punto de vista panorámica a las problemáticas que viven un país (mejor dicho cualquier país) mientras que al mismo tiempo realizaba una especie de entrevista a un personaje cuya profesión inspire esa crítica honestamente fue una tarea muy difícil de conseguir. No tanto en escribir en primera persona y en redactarlo en un lenguaje más neutral (entendible para cualquier nacionalidad) sino más bien en cumplir con el objetivo de "interpretar esa cruda realidad" investigando muy a fondo del tema. ¿Quién dice que un tipo que nació en el año de 1998 no puede escribir una historia inspirada en décadas totalmente diferentes a las que nació? Por ahora podemos gozar en la libertad de poder escribir y dar una opinión (ya sea constructiva o negativa) a cualquier temática y es impresionante. Y me sorprende también el hecho de que mi historia tenga alguna relación a esas épocas que vivías hace 20 años.
BorrarYa para finalizar, ésa pequeña errata ya está corregido. ¡Espero que los siguientes comentarios no se topen con más! ¡Te mando un enorme abrazo!
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Me ha llamado mucho la atención de la paradoja del texto, lo que criticas en cierto modo puedes terminar siendo parte de ello e incluso lo que odias puede que después te dé de comer.
ResponderBorrarNo tengo la sensación que la prensa en aquellos años fuera así, que no se eme entienda mal, o no había nacido o no tenía capacidad lectora al ser un simple "cocador" termino que se atribuye a los bebés que sólo saben comer-cagar-dormir. Obviamente si había prensa amarilla, pero quizás no tan manipuladora y dañina como es hoy en día, en la que hoy me invento una noticia y mañana la desmiento y dos revistas o periódicos que me has comprado... ¿qué seguramente hubiera noticias pared para no hablar/tapar cosas mucho más flagrantes? seguro... Así que me he quedado con la idea de preguntarte si esta historia tiene algún pequeño viso de real o esta inspirada en algún caso real por muy ínfimo que sea, porque suena muy compacta y realista en la lectura, pero no me cuadra en los años elegidos... Un abrazo
Hola Eduardo. Excelente análisis, le has atinado definitivamente a la intención de mi relato: criticar el amarillismo que ocurría en el México de 1980 cuando en ése entonces existían una especie de "autoritarismo neoliberal" y que se puede terminar en una paradoja muy visible. ¿De quién es la culpa? haciendo de nuevo esa cuestión. Así eran esos tiempos al menos en mi país, en esas épocas ya mostraba esa visión a lo que se convertiría actualmente: un país con más inflación, más pobreza y con una violencia todavía más alarmante.
BorrarSi esta historia te ha parecido muy compacta y realista pero que no puede concordar con esos tiempos te puedo responder lo siguiente: la trama del personaje Rosa María no es una historia real que ocurrió como tal en esos años pero todo el ambiente enfocado en la historia si. De eso se trata el objetivo que realicé para el OrigiReto. De basarse en una noticia o hecho real para crear una historia. Y no me dejaré mentir: desde esas décadas iniciaron las problemáticas de crearse un modelo económico "neoliberal" a pesar de que la sociedad cada día ganaba menos para el sustento de sus vidas.
Cualquier parecido con esta realidad es mera coincidencia. Espero haberte respondido tus dudas. ¡Te mando un gran abrazo!
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Hola!! genial forma de narrar el relato, me ha parecido muy original en forma de articulo, aunque bueno al final hacen un poco lo que critican con esta clase de noticias. De todas formas ha estado bien.
ResponderBorrarEncontré esto "─Pues me gustaría que toda esta conversación lo publicaras en tu próxima columna."
Que sería mas bien como "me gustaría que publicaras toda esta conversación..." o que cambiaras "lo" por "la", aunque queda una frase un poco rara. quitando algún fallo del estilo, está bastante bien ^^ bastante inquietante para lo que sueles escribir así que me ha sorprendido. un saludo y ánimo con este mes también :P
.KATTY.
Te agradezco mucho el comentario y sí que fue muy duro para mi mismo expresar toda esa inquietud que tenía "la espinilla" en mi modo de pensar. ¡Y gracias también por recalcar otro minucioso error Katty!
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