UN MENSAJE DE JOSE: ¡HOLA! ¿QUÉ TAL? ESTE MENSAJE ES PARA AVISAR QUE ESTARÉ SUBIENDO LAS PRIMERAS 5 TEMPORADAS DEL CÓMIC "#VIÑETAS" EN ESTE BLOG. TOMARÁ UN LARGO TIEMPO EN COMPLETAR ESTA ACCIÓN PERO LES ESTARÉ DEJANDO ESTA BARRITA DE PROGRESO PARA VER CÓMO VA EL AVANCE.


15.55% DE AVANCE (#Viñetas | Temporada 1 | Episodio #61 Al Episodio #70 - ¡YA DISPONIBLE!)

Relato | Cuando Las Hojas De Otoño Caen


─Cuando las hojas de otoño caen... ─eso es lo que yo escribí en la hoja de papel luego de que mi amigo "el sentimental" se atrevió a proponerme esa frase. 
─¿Si? ¡Vamos! ¡Tómate tu tiempo y exprésate con palabras sobre esa frase con mucho sentimiento!
─Cuando las hojas de otoño caen... caen... ¿caen? ¿hojas de otoño? ¡Ay, no se me ocurre nada! ¿Por qué me obligas a realizar semejante petición Alfredo? Según yo, tú me invitaste a mí a que visitemos el museo de la ciudad y yo accedí. Pero ahora resulta que estamos aquí en este parque solitario sentados en la banca y con este frío viento que predomina el medio ambiente. ¡Me siento engañado!
─¡Ay perdón Javier! Por supuesto que si vamos a visitar el museo pero por ahora necesito de tu ayuda, es para completar mi tarea en...
─¡Tarea! ¡Ahora resulta! Mira yo respeto tu decisión de que estés estudiando en tu carrera de literatura pero, ¿pedirme que escriba a través de las palabras lo que yo siento de esa frase? ¿Acaso planeas que, después de entregarte semejante petición vas a plagiarme diciendo que esas palabras son de tu autoría? ¡Vamos, eso no es ético y tú lo sabes!
─¡No! Espera, déjame terminar de explicarte lo sucedido...
─¡No! ¡Tú déjame terminar de hablar! No quiero seguir escuchándote. Muy mal Alfredo, muy mal. Se supone que tú vas a convertirte en "el futuro escritor" de la época contemporánea. ¡Tú! Así que olvídate de esa acción grosera dentro de tu cabeza y empieza ya en buscar tus propias ideas originales para poder plasmarlas en esta hoja de papel. ¡Toma, te la devuelvo!
─Javier, tu comentario honesto y a la vez cruel me hiere demasiado dentro de mi corazón, pero te estás equivocando.
─¡No! ¡Tú eres el equivocado!
─Al menos déjame terminar de explicarte...

Y después de este diálogo hubo un profundo silencio. Yo seguía con mi alto egocentrismo como estudiante de ingeniería química y mi amigo "el sentimental" simplemente asentó la mirada hacia abajo, perdido. El escenario seguía igual, sin cambios: sentados ambos en la banca de un parque solitario y con el frío viento que arrancaban las hojas de los árboles de otoño. ¿Muy triste, no? ¿Quién podría pensar que una simple frase, la de "Cuando las hojas de otoño caen..." pudiera terminar en una serie de discusiones entre dos personajes dentro del desarrollo de este relato? ¿Quién? ¡Nadie! ¡Nadie lo veía venir! ¿Cierto? Honestamente yo considero que esa es la magia principal y a la vez fundamental de un escritor, o más bien dicho en mi caso, la de un intento de escritor: el de buscar llamar la atención de un apasionado lector o una apasionada lectora a través del título de la obra y poder entretenerlo o entretenerla con una historia "dándole un giro o un suceso inesperado". Ya cada quién tiene sus propias opiniones y yo solo emití la mía. Pero bueno, ya basta de este breve suspenso y yo sé que ustedes desean continuar leyendo esta historia.

─¡Alfredo! Discúlpame por haberte lastimado con mi dura crítica, pero tenía que decirlo. Ya sabes que mi intención no era sólo de insultarte, sino más bien de mostrarte a través de mis ojos y mis palabras que debes de enfrentarte a los obstáculos para llegar a la grandiosa meta de ser un gran escritor de cuentos, de novelas, de una columna periodística o de lo que tú quieras. Tómalo como un buen consejo de tu mejor amigo, yo sé que tú puedes crear una historia bastante original con la frase que me has mencionado anteriormente.
─¡Oh Javier! Estoy tan sorprendido de todas las palabras que tu mismo has expresado. Me conmueve toda la honestidad que abunda en ti y se nota que vas a ser un gran crítico de la sociedad actual. Y eso que solo estás estudiando una ingeniería.
─¡Ay por favor! No me sonrojes, no es para tanto. Pero ya hablando más en serio, ya mejor vayamos a visitar el museo, que aquí el viento ya empieza a soplar más fuerte.
─Pero no podemos ir aún Javier. Tienes que escribirme en esta hoja de papel lo que te transmite la frase "cuando las hojas de otoño caen..."
─¿Qué? Todavía no aprendiste tu lección. ¡Ya me estás tomando el pelo otra vez!
─Pero Javier, déjame explicarte el motivo de mi petición.
─¡No aprendiste nada! Te vas a convertir en un plagiador de letras, de palabras, de párrafos. ¡Un ratero, un ladrón! ¡Vergüenza te debería de dar! ¡Exijo mi visita al museo ya!
─Javier, no me hables tan feo. ¡Yo no voy a ser de esos tipos de personas!
─¡Ah y todavía te dignas! ¿Sabes qué? Dame esa hoja de papel.
─¡No espera, porqué!
─¡Dame esa hoja de papel por la fuerza!
─¡No! Primero te tengo que explicar lo que...
─¡Explicaciones, mangos! ¡Dámelo ya!
─¡No! ─y entonces yo le arrebato su hoja de papel.
─Mi muy mal amigo Alfredo, ¿quieres saber lo que realmente pienso de esa estúpida frase?
─¡Javier, te estás pasando de grosero y de sarcástico! Yo no te he dicho aún el principal motivo de mi petición, ni tampoco lo que debes de escribir en específico en la hoja que... ¡Espera! ¡Qué estás haciendo! ¡No!

Y entonces yo con la mentalidad llena de rabia y sin poder escuchar las palabras que mi amigo "el sentimental" me decía en tonalidad alta, escribí en la hoja de papel lo siguiente:

Cuando las hojas de otoño caen
Yo me enojo y me enfado demasiado
Porque esas nubes estúpidas hacen
Un frío viento que me deja congelado.

A mí me obligan a que yo tenga la inspiración
Para poder expresarme de lo cursi de la frase
Como por ejemplo: "el otoño es para enamorarse"
¡Ay pero qué asco lo que me sale dentro del corazón!

Sentado en una fría y asquerosa banca estoy en este momento
Rodeado de basura que gente idiota y retrógrada tira por el parque
¿Aún tú piensas que esta poesía no tiene nada de sentimiento? 
No me importa ni siquiera que tenga algo de sentido ¡Que te calles!

¡Ay pero que gran emoción que esta hoja por fin se va a terminar!
Para ya largarme de aquí porque las hojas de otoño caen en mi cabeza
Y para terminarla de amolar, las ardillas de los árboles nos van a atacar
En lugar de pinos y bellotas que mejor avienten una deliciosa cerveza.

Firma: Alfredo disfrazado de Javier. 

─¡Tarado! ¡Pero mira todo lo que has hecho! Esto es... es... lo mejor que yo he leído en mi temprana vida. Muchísimas gracias Javier, sabía que tú ibas a poder apoyarme en la realización de mi nueva antología que a mi me han dejado de tarea.
─¿Antología? ¿Es en serio? Y además el contenido escrito en esta hoja de papel es una completa basura. Yo solo desahogué mi sentir con rabia y rebeldía porque pensaba que tu te ibas a plagiar mis palabras usando el nombre de tu autoría y de que nunca me ibas a llevar a visitar al museo.
─¡Yo nunca dije que eso iba a convertirme! ¡Ya ves, por no escucharme! Mi tarea consiste en crear una antología en la que el profesor nos otorgó a cada uno de nosotros una frase incompleta. Obviamente el objetivo de todo esto era simplemente buscar a muchas personas para que ellos me escribieran algo relacionado con la frase.
─¡No puede ser! ¡Me hiciste ver como un estúpido todo este tiempo!
─Lo siento mucho Javier pero es que...
─¡Ya basta de tu tonito "sentimental" en la que dialogas Alfredo!
─¡Ay ya perdón! ¡No lo vuelvo a hacer!
─Y por cierto: ¿no vas a juntar esta hoja de papel en tu trabajo? ¡Se van a reír de ti y de mí!
─¿Sabes qué? ¡Sí lo voy a juntar! Y será la primera obra exhibida dentro de mi antología.
─¡No Alfredo! ¡Ya me estás matando de la pena ajena!
─¿Porqué? Si tú mismo me has dicho que yo debo de ser un escritor bastante original, o mejor dicho en este caso, un recopilador de obras bastante original. Y esta poesía es bastante original.
─¡Ya haz lo que tú quieras! ¿Entonces ya nos podemos ir a visitar el museo Alfredo?
─¡Vamos pues al museo! ¡Y al final nos tomamos una deliciosa cerveza!
─¡Alfredo! Y por cierto, ¿porqué me llevaste hasta este frío parque para realizar tu dichosa tarea? ¿No pudiste decírmelo en un lugar más cálido y tranquilo como por ejemplo, la biblioteca de la escuela?
─¡No! Te llevé hasta aquí sólo para que tuvieras algo de inspiración para que escribieras con sentimiento...
─O sea solo por joder. ¡Qué buen amigo eres!

Y así mi amigo "el sentimental" y yo caminamos hacia la salida del parque para ir de visita al museo de la ciudad. Pero en medio del camino, nosotros nos topamos con un amigo más de Alfredo, o mejor dicho, con su compañero de clase.

─¡Hola Alfredo! ¡Qué tal! No creí toparme contigo en este frío día gris.
─¿Qué hay de nuevo Agustín? ¿Y cómo vas en tu antología?
─Pues bien, aquí ya tengo unos cuántos. Veo que traes acompañado de un amigo tuyo. ¿Podría...
─¡No es necesario que le expliques, claro que sí se puede! Y además te puedo decir que mi amigo tiene alma de ser un escritor bastante original, a pesar de que estudie la ingeniería química.
─¡Alfredo! Yo no...
─¡Me parece perfecto! Oye, ¿podrías escribirme lo que sientes al decirte la frase: "De tal palo tal astilla"?
─¡Ay estos giros que dan la vida! ¡Aquí vamos de nuevo! ¡Quiero mi visita al museo ya!

Comentarios

  1. El mundo de la escritura es duro y un tanto surrealista.

    ResponderBorrar
  2. Los comienzos de un escritor distan mucho de tener proyección de futuro incluso se alejan de la honradez, como demuestra tu entretenido relato. La evolución de la historia me ha gustado y cómo el protagonismo, aunque a regañadientes, va pasando a manos del verdadero escritor, Javier.
    Te invito a comentar mi último relato:

    https://marcosplanet.blog/el-refugio-del-botanico/

    Muchas gracias.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias por el comentario Marcos! Y de paso, me daré por una leída a tu blog. ¡Saludos!

      Borrar

Publicar un comentario

¡Hola! ¿Qué tal? ¡Siéntete libre de comentar! (:D)

LO MÁS RECIENTE: #Viñetas